lunes, julio 04, 2011

Ibargoyen en La Isla

Saùl cruza el desierto. Esa franja que nos desgarra el corazón por su aridez insultante. No se trata, en evidencia, de escribir sobre la sed de agua que prevalece en las tierras de la vieja Palestina, tan vapuleada y triste. Saúl Ibargoyen, asuminedo el papel de un profeta rebelde; clama por las paz, como un escriba, como el propio escuchante de un conflicto absurdo, en este par de poemas cuyo contenido humano vale tanto como su propia poética. Para leerlo, accede a La Isla de Ibargoyen.

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